10.5.12

Tarta Spider-man y Tarta de margaritas




Hola de nuevo.

Hace bastante tiempo que no escribo nada. Os sorprenderá saber que, es que, ... ¡no he tenido tiempo!

Para compensar, hoy os muestro dos tartas en lugar de una y además os adelanto que para este mes tengo tres proyectos planeados. Sí, sí, habéis leído bien, ¡¡tres proyectos!! No os adelanto más puesto que sólo uno es un encargo, los otros dos son sorpresas.

La primera tarta, la "tarta Spider-man", la hice para un amigo de mi hijo, que también se llama Diego, y que es fan incondicional de este héroe arácnido. La tarta es sencillita, pero entre el tamaño y los colores, quedó bastante resultona. Me hubiese gustado añadir más detalles pero no hubo tiempo. Había llegado esa mañana de Montevideo a las 7h y la tarta era para las 17h. Para cuando llegué a casa y me hube duchado ya eran casi las 9. Por el tamaño de los bizcochos, tuve que hornearlos en dos tandas, 2h más. Después tuvieron que enfriarse, otras 2 h. Ya eran casi las 13h.

Mis hijos habían pasado la noche en casa de mis padres ya que mi marido entraba de turno a las 6h y no nos solapabamos. Gracias a eso pude aprovechar las cuatro horas de espera para preparar el frosting, forrar la base y pintarla y deshacer la maleta. Pensaréis que en cuatro horas da tiempo de sobra a hacer todas esas cosas pero debéis tener en cuenta que la falta de sueño a veces causa estragos y hace que funcione a cámara lenta. Además, cuando fui a sacar los ingredientes para el frosting (que eran las 12 más o menos) me encontré con que no tenía azúcar glas. ¡Horror! Vístete corriendo y baja al Carrefour en fin de semana a comprarlo. ¡Más estrés!

Bueno, ya eran casi las 14h y había montado los bizcochos que forman la base. Los forré con fondant blanco y lo pinté con mi amigo el aerógrafo. ¡Hay que ver qué bonitas quedan las tartas y qué poco se tarda en pintar con este instrumento que me resulta ya indispensable! Lo malo que tiene la "operación aerógrafo" es la parafernalia que hay que montar cada vez que se va a utilizar y , lo peor, desmontar y limpiar una vez que se ha terminado. Además, hice yo la mezcla de colorante alimentario para usar en el aerógrafo y esto no es lo ideal. Se atasca, salen pegotes de vez en cuando y cuesta mucho conseguir que la cobertura quede homogénea. En esta tarta no queda mal ya que se supone que es el cielo, pero para otros proyectos no se puede decir lo mismo. La segunda tarta, la de margaritas, está pintada con colorante específico para usar con aerógrafo y la diferencia es considerable.


Se acercaba la hora de entregar la tarta. Decidí colocar los edificios antes de empezar con la cara de Spidy. Recorté el fondant y lo coloqué sobre el lateral pero resulta que la pintura no se había secado suficientemente (otro inconveniente de usar mezcla casera). Se puede observar en esta última foto las manchas que dejaron los edificios al deslizarse por el fondant. Lo más fácil hubiese sido volver a levantarlos y pegarlos en alto pero como ya se había humedecido, comenzó a desgarrarse. Se me ocurrió poner un parche donde se había roto (véanse los dos edificios solitarios superpuestos al perfil de la ciudad) y recortar lo que sobraba.

 Para hacer la cara de Spider-man utilicé un bizcocho redondo. Dibujé la cara en papel de hornear y la recorté. La puse encima del bizcocho y con un cuchillo muy afilado le di forma guiándome con la plantilla. Después lo cubrí con frosting y lo forre con fondant rojo. ¡Fenomenal! ¡Todo estupendo! Eran las 15:30h más o menos y sólo quedaba montar la cara de Spider-man sobre la base, poner la tela de araña y los ojos, meter la tarta acabada en la caja y salir pitando hacia el cumple, que empezaba a las 17h. A todo esto, ya había llegado mi marido, que había recogido a los niños:

- ¿A qué hora nos vamos, mamá?-
- ¿Todavía no has terminado? A ver si voy a llegar tarde a la fiesta.-
- Y, ¿ahora qué haces?-
- ¿Puedo probar, sólo un poquito?
- ¿Nos vamos ya?
- ¿Cuánto falta?

Ahora viene el desastre, también conocido como "la idea feliz". Se me ocurrió que quedaría espectacular que la tela de araña estuviera hecha con royal icing. Lo mezclé, lo teñí de negro y preparé la manga pastelera. Claro, el royal icing tarda en endurecerse así que, si pintaba la tela de araña sin haber montado previamente la cara sobre el bizcocho base, al manipularla se espachurraría y quedaría hecho un asco. Bien pensado. Monté la cara sobre el cielo. Cogí la manga pastelera (que una vez más demostró no ser mi amiga) y empecé. A todo esto, hay que tener en cuenta que yo aún no había dormido. Podéis imaginar el pulso que tenía. También me percaté yo de este detalle pero me dio igual y ... el desastre. ¿¡Cómo se me ocurre coger la manga pastelera con ese pulso!?

Llamé corriendo a la madre del cumpleañero para preguntar a qué hora se servía la tarta. -A las 18:30h más o menos.- me contestó un poco preocupada. La informé de las dificultades técnicas que estaba sufriendo y le aseguré que la tarta llegaría a tiempo.

Mi marido se fue a llevar a mi hijo al cumple y mientras yo levanté la cara, la forré con una segunda capa de fondant rojo (afortunadamente tenía de sobra) y esta vez pinté la tela de araña con un rotulador de colorante negro. Como la zona que había estado en contacto con la cara se había estropeado se me ocurrió  utilizar el fondant negro que había sobrado de los edificios para cubrirla a modo de sombra.

A las 17:45h salíamos mi marido, mi hija y yo con la tarta terminada por fin hacia el cumple. ¡Fin del estrés!

¡MISIÓN CUMPLIDA!

La segunda tarta, la "tarta de margaritas", fue un trabajo mucho más relajado. Esta tarta se la hice a mi madre por su cumple. Es el día 15 de mayo pero lo adelantamos porque se va de viaje. No conseguía decidir qué hacer y finalmente opté por este tema floral y primaveral. Además, se llama Margarita.




Esta tarta presenta varias novedades. En primer lugar, es de vainilla, o sea, receta nueva. En segundo lugar, aunque no es la primera tarta inclinada que hago, sí es la primera que no está cubierta por partes. Los dos pisos están cubiertos por una única pieza de fondant blanco. Quedó menos angulosa que las anteriores y, en mi opinión, tiene un aspecto más delicado.

La pinté con aerógrafo pero utilizando un colorante específico para este fin. Primeramente di una capa de azul y encima una de acabado perlado. Las flores también tienen una capa de este acabado. Me parece que el acabado es mucho más elegante y profesional que con la mezcla casera.

Las perlas de caramelo están fijadas con royal icing blanco. Esto fue un auténtico trabajo de chinos y aún aparece de vez en cuando alguna perlita por la casa.




Pues esto es todo por hoy. Espero poder escribir pronto.
Un saludo,
Laura

2 comentarios:

  1. MADRE MÍA LA DE TIEMPO QUE HACE QUE NO ESCRIBO... PUES TIENEN MUY BUENA PINTA LAS 2... ESPECIALMENTE LA DE TU MADRE... BIZCOCHO DE VAINILLA Y FONDANT DE CHOCO BLANCO??? XA CHUPARSE LOS DEDOS.... cONTINUA CON ELLO, NO LO DEJES

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    1. Muchas gracias, guapa. En ello estamos.
      Por cierto, ya me dirás para cuando quieres la de Ainhoa, que será la primera tarta de bienvenida que haga.
      Besos,
      Laura

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