27.6.12

Tarta Porsche Carrera - Porsche Carrera cake




¡Hola, desde casa hoy! Disfrutando de unos días de descanso, de familia y ,no tanto,de decoración de tartas.

Acabo de entregar ésta, mi última tarta, hace un ratito. Pensaba esperar hasta la próxima línea para escribir este post pero he decidido que cuanto antes, mejor. Y es que he acabado de la tartita hasta el último pelo. ¿Por qué? Ha resultado ser la más difícil hasta el momento y encima pensando de antemano que no tenía misterio y que la tendría liquidada en cuatro o cinco horas. Hubo instantes en que pensé que no la terminaría ( o que acabaría tirándola por la ventana). En fin, he vivido momentos de gran frustración y estrés.

Que, ¿cuál ha sido el problema? ¿El tiempo de preparación y planificación quizá, como fue el caso de la tarta Super Mario? Pues no, se encargó con un mes y, aunque no tengo ni idea de coches ( y menos de deportivos), he tenido tiempo de sobra para preparar el tema a fondo. He visto imágenes del coche en todas las situaciones y desde todos los ángulos habidos y por haber, me he descargado planos, hasta me he leído la historia de Porsche y os aseguro que diferencio un Porsche Carrera 911 del 2007 de uno del 2011, de un turbo, de un etc. Esto sería impensable hace 30 días. Por cierto, también sé que K.I.T.T., el Coche Fantástico, era un Pontiac Firebird Trans Am y no un Porsche. Fue la primera música que me vino a la mente aunque más que fantástica esta tarta haya resultado ser un poco infernal de crear.



¿Habrá sido el tiempo de elaboración como viene siendo habitual? Pues en este caso, tampoco. Modelé los neumáticos (que me llevaron una vida) con una semana de antelación para que se secaran y llevo tres días en casa. No he tenido tanto tiempo para elaborar una tarta desde la de Pesadilla, que estaba de vacaciones.

Pues, ¿qué queda? Lo inevitable. Yo misma. Sigo pensando que todo es muy fácil y que se pueden hacer reproducciones en bizcocho perfectas y a escala de cualquier cosa imaginable. Resulta que no, que una tarta es una tarta y que un coche es un coche. Hay que simplificar. Pueden quedar trabajos estupendos sin complicarse tantísimo.

Ejemplo de complicación innecesaria (y además x 4) :

¿Es realmente imprescindible que las llantas del coche sean idénticas (que ni siquiera lo son después de ni se sabe cuántas horas liada) para que la tarta quede bien? ¿Hubiese quedado tan mal con unas llantas más sencillas?

En este momento de hartura tartil os diré ¡que no, que no y mil veces no! ¡Ojalá que esta revelación produjera un cambio, o por lo menos la intención de cambio en mi forma de hacer las cosas! Tristemente, esto lo digo ahora. Si mañana me piden que haga digamos, una tarta con un ciempies, ¿cuántos pies creéis que le pondré al de la tarta? 



Con esto que acabo de exponer no quiero decir que cuanto más simple, mejor. Creo firmemente que la excelencia está en los detalles. Lo que sí es necesario es priorizar. Tiendo a experimentar "visión en tunel", centrándome en lo que, casi con certeza,  no sea lo más importante (véase Kitty sin bigotes pero con perlitas de caramelo en su implante Borg).

Pensaréis : ¡pero qué pesada que se está poniendo! Pues sí. Y es que casi me explota la cabeza. Me dejo a Kitty sin bigotes hace unas semanas y hoy, después del parto que ha sido la elaboración de esta tarta, ¡me he dejado los tubos de escape sin poner! Vamos, ¡el colmo!

Os hablaré un poco de la decoración de la tarta, en este caso, de la base. Mezclé fondant azúl cielo con negro para hacer el caminito, le di textura de empedrado y después di una capa fina de blanco con el aerógrafo. Para hacer la tierra extendí fondant blanco y le di textura también, esta vez con las manos (presionando, pellizcando, rasgando, etc). Después salpiqué un poco de cacao en polvo y de café en polvo y froté el fondant hasta que se hubo incorporado. Eché azúcar moreno en montoncitos por toda la base. Con un pincel di unos acentos de marrón oscuro con colorante en gel disuelto con un poco de vodka. Por último, di una capa fina de vodka a toda la base, también con el aerógrafo, para fijar la decoración. Pinchando sobre la imágen de la derecha la veréis más grande.

Suelo dedicar más tiempo a diseñar las bases de lo que os podáis pensar. Puede que en la práctica sean tan sólo un soporte para la tarta pero, en mi opinión, constituyen un elemento decorativo más que sí es fundamental. Además, una base decorada adecuada al proyecto que se esté realizando no sólo realza la tarta sino que hace que se vea un trabajo acabado. ¿Hubiese quedado la tarta igual de llamativa sobre un plato o una bandeja? Pues yo creo rotúndamente que no.


Para que las ventanas queden así, en lugar de pegadas encima, cubrí la parte superior del coche con una capa de fondant blanco. Luego recorté unos trozos de papel de hornear ligeramente más grandes que el hueco que iba abrir y los coloqué dónde irían. Cubrí el coche entero de fondant negro. Con mucho cuidado, fui abriendo cada ventana y retirando el papel de hornear. Por último, suavicé los bordes y los fijé con una esteca.


No sé qué más contar así que me despido por ahora.
Un saludo,
Laura


2 comentarios:

  1. A mi me parece genial y el coche está súper logrado. Menudo engorro, pero supomgo que valió la pena!

    ResponderEliminar
  2. Mis dulces inventos (Davinia)23/5/14 00:05

    Lauraaaaaa es la caña!!! Mi más sincera enhorabuena.

    ResponderEliminar